jueves, 25 de diciembre de 2008

EL COMBATE DE MONTE CHINGOLO

El 23 de Diciembre de 1975, en la víspera de Nochebuena, varias unidades del ERP, reforzadas por Montoneros coparon la localidad bonaerenses de Monte Chingolo en un intento de apoderarse del Batallón Depósito de Arsenales 601 Domingo Viejobueno.

Para consumar su plan, el ERP se concentró en el conurbano bonaerense, convergiendo desde sus áreas de operaciones de lucha armada habituales al batallón urbano “José de san martín”, la compañía “héroes de Trelew”, la compañía “decididos de Córdoba” (autora del ataque y asalto al Batallón de Comunicaciones 141, en el Parque Sarmiento- 1974-: véase revista “Estrella Roja”, 11 de febrero de 1974, p. 10-13 “Los decididos de Córdoba” toman el batallón 141”), la compañía “combate de san Lorenzo”, algunos elementos que pertenecieran a la compañía de monte Ramón Rosa Jiménez y diferentes pelotones de combate autónomos, todos ellos apoyados por MONTONEROS, que tenía participación en esta operación.

A efectos de aislar al Batallón de Arsenales y distraer sobre el objeto de su ataque principal, los mandos del ERP coordinaron acciones de apoyo y contención, que abarcaron desde el Riachuelo hasta Gonnet y Arana, en jurisdicción de La Plata, generando el corte de los Puentes Pueyrredón, Bosch, Victorino de la Plaza, Uriburu y de la Noria, así como barricadas apoyadas con fuego de hostigamiento bloqueando el Camino de Cintura, y diversas avenidas y cruces importantes sobre Pasco, Quilmes, Lomas de Zamora, etc.


Se incendiaron establecimientos comerciales y vehículos, y se organizaron obstáculos con colectivos volcados.

El ataque comenzó a las 18,50hs cuando un soldado de la guardia, que había dado acceso a un proveedor se disponía a cerrar el portón de entrada.

Antes de poder hacerlo, un camión pesado que circulaba por el lugar, efectuó un brusco viraje y embistió el portón destrabado, atropellando en su maniobra al soldado, quien resultara gravemente herido.

Tras ese primer vehículo, irrumpieron en el cuartel otros nueve, que se desplegaron en abanico en un frente de 250 metros.

Al comenzar ese despliegue, el soldado herido alcanzó a abrir fuego contra uno de los camiones, que arremetía contra la antena de radio, obligándolo a desviarse e impidiendo que la unidad quedase incomunicada.

Se generó el combate con los efectivos que se encontraban en el cuartel con gran desequilibrio, puesto que la mitad de la dotación se hallaba disfrutando del frano navideño.

Pese a ello, la decisiva y enérgica respuesta que dieron a los guerrilleros erpios, hizo que la toma del cuartel se demorara varias horas, circunstancia que posibilitó la llegada de elementos del Ejército Argentino, de Gendarmería Nacional, de la Policía Federal Argentina, de la Policía de la Provincia de Buenos Aires y del Batallón de Infantería de Marina.

Estas fuerzas convergían desde los primeros momentos hacia el Batallón librando combates sucesivos, franqueando obstáculos y trampas colocadas en las principales vías de acceso.

En los combates que se produjeron por la posesión del Batallón 601, los guerrilleros erpianos sufrieron más de 100 bajas, en tanto que en las fuerzas legales se registraron numerosos muertos y heridos.

Esa noche, víspera de Nochebuena, pocos pudieron dormir en Buenos Aires.

Los pobladores de las populosas barriadas suburbanas entre la Capital Federal y La Plata, allí donde la guerrilla erpiana había erigido sus barricadas, observaban con gran temor el repliegue de la guerrilla erpiana, que emprendía la retirada mimetizándose con la población.

En la gran mayoría de los casos, el temor dio paso a la indignación y la respuesta de estos pobladores, fue denunciar a las fuerzas legales acerca de los lugares donde se habían refugiado los guerrilleros.

En los numerosos enfrentamientos producidos fuera el perímetro de la Unidad atacada cayeron para siempre el Capitán de Intendencia LUIS MARÍA PETRUZZI, del Comando de Aviación de Ejército argentino – medalla “Al honor militar” – y el Teniente 1ro JOSÉ LUIS SPINASSI Batallón de Infantería 3 (BIN 3), quien murió heroicamente en combate al frente de sus hombres, cuando atacaba a unos 15 guerrilleros erpianos en el puente sobre el Arroyo de las Piedras.

Si bien los helicópteros ya sobrevolaban el Arsenal atacado momentos después de conocerse la novedad, las primeras fuerzas en arribar al lugar lo hicieron a las 21 hs, cuando el repliegue de los marxitrotskos rechazados se había convertido en vergonzosa fuga.

Estas fuerzas prosiguieron la persecución y limpieza en una muy amplia zona bloqueada hasta las primeras horas de la mañana siguiente, pudiendo establecerse que el enemigo apátrida había tenido más de cien bajas, perdiendo gran parte de sus armas, equipos e inclusive las supuestas “banderas” que pretendían enarbolar.

Al día siguiente del arduo y cruento, el Comandante en Jefe del Ejército Argentino, Tte Grl VIDELA, presidió una formación especial en el lugar de los heroicos hechos,

CUYO EJEMPLO PERDURARÁ POR SIEMPRE COMO MUESTRA DEL TEMPLE DEL SOLDADO ARGENTINO.


HONREMOS A NUESTROS MUERTOS:

Capitán EA D Luis María PETRUZZI

Tte Primero EA D José Luis SPINASSI,

Sargento Ayudante EA Roque Cisterna CISTERNA.

Soldado Conscripto EA Roberto CABALLERO.

Soldado Conscripto EA Benito Manuel RÚFFOLO.

Soldado Conscripto EA Raúl Fernando SESSA.

Cabo Segundo ARA Enrique GRIMALDI, con motivo de los distintos hechos de distracción realizados

ELLOS DIERON SU VIDA PARA QUE LA PATRIA VIVA.

Recordémoslos con emoción; seamos dignos merecedores de su sacrificio y el de todos los camaradas prisioneros de guerra

¡VIVA LA PATRIA!

jueves, 18 de diciembre de 2008

UNA CARTA PARA LA HISTORIA

Autor: Dr. Hernán Llerena Amadeo (ex Ministro de Educación)

Fue en 1975 cuando se inició el aquel heroico Operativo Independencia.

Cuatro opciones distintas fueron las que el General Videla presentó a pedido del gobierno de aquel entonces.

El gabinete en pleno (Luder, Cafiero, Ruckauf, Bottero, entre ellos), optó por la más fuerte; aquella que decía:

"...aniquilar el accionar subversivo"

Fue el propio ministro de Defensa Tomás Bottero quien calificó la acción de la subversión como:

"....total, sofisticada y compleja, despiadada, diabólica y criminal", agregando más tarde que sólo quedaba una alternativa:

"El exterminio total del enemigo...."

Así, a pedido de un gobierno y de toda la sociedad, se inició la contraofensiva contra el terrorismo.

Luego de 5 años de tan cruenta lucha en el monte y las ciudades los grupos terroristas eran destruidos y la paz volvía la Argentina.

Años después, "de la noche a la mañana" y como un castigo a nuestra futura indiferencia, llegó Alfonsín para condenar a quienes habían vencido.

Es que le dolía haber perdido aquella guerra en la que participó como abogado defensor de la célula del ERP que asesinó al doctor Sallustro (Cámara Federal en lo Penal de la Nación, Año 1972. Causa: 247. Legajo: 9.817 Fs. 3000/7).

En 1983 llegaba el alfonsinismo para mancillar a quienes dieron o se jugaron la vida por la libertad de la Argentina, cambiando la historia; nos robó la paz y antes de huir nos dejó la propia subversión, en los portones de La Tablada.

La cuestión es que hoy el mal llamado problema militar "nos tiene hartos".

Fácil es hartarse cuando se está libre gracias a quienes hoy están presos.

Es fácil hartarse también y decirlo a quien escribe estas líneas "no insistas con esto", cuando nada se hizo para reivindicar el nombre de aquellos soldados que en la guerra dieron sus vidas.

Todos conocemos la historia.

Sabemos que el agresor fue la guerrilla y la sociedad argentina fue la agredida.

Y que fue por expreso pedido de esta sociedad que las FFAA y de Seguridad salieron en su defensa.

Nuestra frivolidad y cobardía nos pretenden contar que sólo existieron dos demonios y que los argentinos nada sabíamos de ellos.


Nuestra frivolidad y cobardía nos pretenden convencer que no tiene sentido mirar el pasado pues éste, por acción u omisión compromete, y quizá demasiado.

Nuestra frivolidad y cobardía nos dicen que por favor terminemos con esto y transemos con un "anestésico perdón general".

Ellas nos impiden tener la sinceridad de esbozar un "perdón general"; un "perdón General Videla", porque hemos sido muy poca cosa, tan poco dignos, al haberlo aplaudido cuando fue gobierno y luego habernos escondidos cuando lo metieron preso.

Por todo esto quiero pedir que recuperemos la sencilla virtud de ser coherentes.

Que a partir de ahora busquemos la paz a través del sendero de la verdad y la justicia y no por el atajo del odio y la mentira.

Por ello también, el actual presidente (Menem) debe tener la grandeza de reconocer que los costos políticos se asumen y valen cuando la decisión tomada es justa y verdadera.

No es justo y por lo tanto tampoco un verdadero costo político indultar a quienes mataron a Paula Lambruschini y dejar preso en cambio a su propio padre bajo la sombra del dolor y los barrotes de la injusticia.

Que tenga la grandeza de reconocer que los verdaderos responsables de la guerra son aquellos eternos dirigentes formadores de guerrilleros y por ende formadores de la muerte.

Que tenga la grandeza de reconocer la verdad de nuestra historia y que con ella todos los argentinos en nuestra particular batalla entre el orgullo y la memoria permitamos el triunfo de esta última.

Así sabremos que fue cierto lo de la guerra.

Que fue sucia porque la guerrilla le tiró tierra; Que fue cínica porque Perón, Alfonsín y muchos actuales dirigentes lucraron con ella.

Pero que fue justa, porque al estar en juego la Nación, quienes vencieron no combatieron por intereses mezquinos, sino porque en su corazón había un espacio grande para el heroísmo.

Porque en el corazón de hombres como Videla, Lambruschini, Camps, Riccheri, Mayol, Berdina, Astiz, Barceló, Fernández Cutiello y Abette aún queda espacio para el coraje y la grandeza.

Por todos ellos y muchos más, hoy vivimos.

Porque con hombres como ellos fue posible aquel famoso Operativo Independencia.

Lo que hicieron por nosotros no tiene precio.

Falta ahora nuestro gesto.

El de todos los que "entre nosotros" estamos de acuerdo pero que quizá por cansancio, frivolidad o cobardía no nos atrevemos a comprometernos.

Que en esta Navidad Dios nos de fuerzas para que desde el fondo de nuestra conciencia luchemos por la verdad; para que así se haga realmente justicia y se obtenga la reivindicación de las FFAA. y la libertad de quienes vencieron y son ya , héroes de esta triste pero justa guerra.

Publicada en el Diario La Prensa el 22/12/89